Comentario previo: Carta enviada al diario La Tercera y publicada con fecha 05-07-2013 aunque con algunas ediciones. Esta es la carta original. Más abajo la que se publicó. Sldos.
Miguel Ángel Merino
EL ANTOJO DEL DESACUERDO (Miguel Ángel Merino)
Señor director:
En relación a las últimas elecciones primarias varias personas me han consultado por qué he decidido no acudir a votar y qué justificaría aquello. La razón, en general, dice relación con no comprender lo que llamo “el antojo del desacuerdo”. Veo con frustración cómo la clase política al no conseguir arribar a acuerdos dentro de sus propios partidos, deja esas decisiones (que por definición y sentido común son de carácter partidista) a la ciudadanía. Se derrocha y despilfarra un número importante de recursos públicos para tales efectos. Imaginar que del universo total de electores sólo votó una parte ínfima de ellos hace pensar qué sucedió con esas millares de papeletas sobrantes. La respuesta: al tacho de la basura. Por si eso fuera poco, al término de la jornada vinieron los abrazos.Un domingo que comienza con grandiosas contiendas y candidatos buscando marcar sus diferencias, y que culmina con esos mismos candidatos recordando cuán amigos siempre han sido. Algo no hace sentido.
Es claro que sin voto no hay democracia, pero también es cierto que hay democracia por fuera del voto. Es decir, la democracia no existe solamente cuando decidimos nuestro voto y depositamos éste en la urna dispuesta para tales efectos, también ésta se materializa y vislumbra cuando con buenas razones, decidimos no acudir al local de votación y expresamos con el silencio, el descontento que la clase política actual nos produce.
Miguel Ángel Merino Guerrero
Abogado
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[CARTA EDITADA PUBLICADA EN LA TERCERA]
NO VOTAR
Señor director:
Veo con frustración cómo la clase política, al no conseguir acuerdos dentro de sus propios partidos, deja esas decisiones (que por definición y sentido común son de carácter partidista) a la ciudadanía. Se derrocha un número importante de recursos públicos para tales efectos. Imaginar que del universo total de electores sólo votó una parte ínfima nos lleva a preguntar qué sucedió con los millares de papeletas sobrantes. La respuesta es que se fueron al tacho de la basura. Por si eso fuera poco, al término de la jornada vinieron los abrazos. Un domingo que comienza con grandiosas contiendas y candidatos buscando marcar sus diferencias, y que culmina con esos mismos candidatos recordando cuán amigos siempre han sido. En todo esto algo no hace sentido.Es claro que sin voto no hay democracia, pero también es cierto que hay democracia por fuera del voto. Es decir, la democracia no existe solamente cuando decidimos nuestro voto y depositamos éste en la urna dispuesta para tales efectos; también se materializa y vislumbra cuando con buenas razones decidimos no acudir al local de votación y expresamos con el silencio el descontento que la clase política actual nos produce
Miguel Angel Merino G.
(fin)
Si bien la edición fue el cambio de título y la omisión de algunas frases, logra sacar de contexto la carta en sí. El ¿pór que? y el ¿para qué? hace esto La Tercera, será un misterio...
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